Es indescriptible el poder que tienen las olas del mar. Pero más aún, el tener la posibilidad de tomar un pedacito de ellas y guardarlas siempre para tener, cada vez que se pueda, un momento de regocijo y fortalecimiento interior.
Este es el sabor, el olor, el color y el sonido de las olas del mar de Santa Marta, en la costa colombiana…
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