El paso por Medellín siempre deja gratos recuerdos. Es una ciudad incrustada en el corazon de Colombia, sus gentes, sus paisajes y su tradición hacen de ella el verdadero destino de la eterna primavera.
No se puede dejar de hablar del Metro como un ejemplo modernización y de progreso, del cual todos los paisas estan muy orgullosos. Es un tren de cultura que atraviesa la capital de la montaña y que enmarca las caracteristicas de un pueblo pujante. Con tan solo unos pesos, el turista puede conocer de palmo a palmo lo mejor de esta tierra. En ese camino se puede topar con el Museo de Botero, un espacio que el artista paisa le regalo a sus coterraneos y que dejo una huella imborrable en la historia colombiana.
La dimension y el reflejo de una realidad abstraida que se pueden ver en todas las esculturas es lo que llena de magia esos momentos en los que se compenetran visitantes, artista y ciudad. No bastan unas pequeñas imagenes para grabar estos encuentros, es necesario abrir el corazón y la mente para recibir el mensaje.
Asi que en Medellín, en el encuadre del tradicional Hotel Nutibara, el Metro y Museo de Antioquia hay que buscar la cita obligada con la cultura y con la historia de un artista que es ejemplo digno en el mundo de la fuerza y el trabajo de los antioqueños.
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