Santa Fe de Antioquia, cuna paisa y epicentro religioso

Es un pueblo que evoca a tradición, a recuerdos, a historia. Es un lugar mágico que transporta al pasado. Lleva a vivir esos momentos que no se pueden borrar de la memoria en los que el pueblo se levantó, se armó de ganas y buscó la libertad.

Por sus calles se pueden escuchar los pasos de esclavos que fueron víctimas de muchas injusticias y sometidos a trabajos forzados. Esclavos que como todos los seres humanos también tenían sueños, sueños de libertad.

Se sienten las herraduras de caballos golpear los caminos empedrados del pueblo. Llevan jinetes con prisa de llegar a su destino, quizá al encuentro con una bella dama en un balcón lleno de flores multicolores, donde la orquídea sobresale como un reconocimiento a su abundancia en la región.

La arquitectura de este pueblo incrustado en el corazón de la región antioqueña, que fue durante más de dos siglos capital del departamento, refleja el cuidado por los detalles y más que todo, un tributo a las clases sociales.

Las fachadas de sus casas muestran las tres puertas que utilizaban: la de señores, los esclavos y la falsa, para despistar al enemigo en caso de una emboscada. Las principales tienen portón y anteportón, donde siempre los guardianes son el Sagrado Corazón de Jesús o la pintura de la última cena, lo que revela la devoción católica del pueblo.

Esta característica, junto con la magia y encanto de sus calles, ha llevado a Santa Fe a ser un destino religioso obligado. Cuenta con ocho iglesias de tipo colonial y el museo de arte religioso, que junto con la solemnidad de la celebración de semana santa la destacan en América Latina.

Llegar es muy fácil, está ubicada a 67 kilómetros de Medellín por la vía del túnel de occidente, en Antioquia. Su temperatura promedio es de 27º C. Y no deje de visitar el Puente de Occidente.

www.alejandroguzman.net